Las personas deben tener mucho cuidado al tomar decisiones que afectan su economía. Estos son algunos errores que debe evitar al firmar un contrato de arrendamiento:
1. Falta de prueba de que el arrendador es el propietario
Por regla general, en casi todos los casos, lo que ocurre es que el propietario de la casa, a su vez, es quien la alquila. Pero otras veces es alguien ajeno al apartamento o un familiar del propietario que intenta alquilar la casa. Es posible que tras una sentencia judicial de divorcio o herencia, la vivienda ya no sea del propietario que en ese momento poseía el inmueble o parte del mismo, y por tanto no tiene derecho a alquilarlo.
2. No sé si las inmobiliarias cobran a los inquilinos
Si desea firmar un contrato de arrendamiento a través de un intermediario, los interesados en alquilar primero deben solicitar una comisión de tienda. En la mayoría de los casos, la tarifa la paga el propietario del apartamento, pero algunas agencias también cobran al inquilino.
3. No negocies
El mercado del alquiler ha cambiado en los últimos años y muchos propietarios que no pueden vender su segunda vivienda están optando por alquilarla. A veces prefieren aceptar un precio más bajo que un trabajo, pero por lo general necesitan un inquilino que les dé una sensación de seguridad.
4. Firma un contrato verbal
La ley permite que los contratos se celebren por escrito u oralmente, ambas opciones son válidas. Sin embargo, cuando se trata de probar que se llegó a algún acuerdo o que se fijaron unas condiciones, es mucho más difícil probar que el contrato se celebró oralmente.
5. No mires el contrato
Este es uno de los errores más comunes: asumir que las condiciones incluidas están preacordadas. Los inquilinos quieren.
6. No firme todos los formularios
Los abogados y expertos en bienes raíces recomiendan sellar cada página y anexo del contrato, no solo la primera o la última página.
De esta forma se evita la posterior introducción o retirada de elementos que pudieran perjudicar a los inquilinos o propietarios.
7. Falta de inspección de la vivienda o su reflejo en el contrato
A veces el estado de la casa alquilada no es muy bueno;Es habitable pero tiene algunas grietas, daños, fallas en el sistema eléctrico o cañerías obstruidas. Si el inquilino accede a mudarse en caso de que haya un problema con la vivienda, el inquilino debe especificar por escrito los daños a la vivienda y el consentimiento del propietario para la reparación.
Si esto no está especificado en el contrato, el propietario puede negarse a reparar después de que el inquilino se mude. Peor aún, después de un tiempo, se puede decir que el inquilino causó daños a la casa. Esto puede darle derecho a exigir el pago o incluso echarlo del apartamento.
8. Sin inventario
Así como conviene fijar el estado de la vivienda, el contrato debe indicar claramente en los anexos el resto de muebles, enseres y su estado en el apartamento.
9. Da por hecho lo que no está escrito
A menudo, al leer el contrato, el inquilino se da cuenta de que falta algo entre las cláusulas. Decirle esto al arrendador o al agente de bienes raíces puede tranquilizarlo, minimizar el problema y asegurarse de que se dé por sentado.
Nada en un contrato debe ser casual, todo debe quedar reflejado, porque, como dicen, las palabras se las lleva el viento. Hay que prever todas las circunstancias y pedir las modificaciones del contrato para que aparezcan en el nuevo documento. Probablemente por prudencia o por vergüenza, los posibles inquilinos no hicieron esta petición, y cuando tenían que hacerlo les costaba ponerse de acuerdo.
10. No establezca un método de pago
El contrato siempre debe incluir fondos para pagar la renta mensual. El ingreso a la cuenta bancaria del arrendador es uno de los más convenientes, pero también es posible concertar que el arrendador venga a la casa a recoger el dinero los 10 primeros días de cada mes. En este caso, el pagador debe recibir un recibo por cada pago.
Es importante que tanto el inquilino como el propietario paguen por escrito, de lo contrario una de las partes puede alegar que está tratando de pagar o recibir dinero, lo cual es imposible.
11. Aceptar pagar por un concepto que coincida con el propietario
Algunos listados de viviendas de alquiler son muy atractivos debido a los bajos precios. Tras consultar me enteré de que tenía que pagar yo mismo todas las facturas, más el agua caliente, la luz, la calefacción a cargo del inquilino y otros conceptos como el IBI, el impuesto de basuras, el agua fría o la comunidad de vecinos.
La ley da completa libertad al arrendador para hacer cláusulas en el contrato que obliguen al arrendatario a pagar por todos estos servicios, pero conviene calcular cuánto debe pagar por estos impuestos antes de que el arrendatario firme, en principio, si no se especifica, corresponderán al propietario del apartamento.
12. Aceptar garantía de alto o largo plazo
Los propietarios quieren asegurarse de que los pagos del alquiler sean normales, ya que muchos inquilinos son insolventes o dejan de pagar después de un cierto período de tiempo. Puedes hacerlo solicitando una garantía: el cliente deposita en el banco el dinero que el propietario solicita, que el arrendador se puede quedar si no paga a plazos.
Pero a veces la cantidad solicitada es muy elevada, y encima hay que conservarla varios años. Si este es el caso, vale la pena negociar con el propietario o incluso buscar otra casa para no tener que guardar dinero durante mucho tiempo.
13. Grandes pagos anticipados
También trate de no pagar muchas hipotecas mensuales por adelantado para salvar su casa.
Si la economía no es muy sana o es una vivienda única que se ajusta perfectamente a las necesidades del inquilino, lo mejor es negociar y no quedarse sin el dinero que pueda necesitar.